LOABLE COFRADÍA DE LA SANTÍSIMA TRINIDAD

Los libros Racionales de la catedral segobricense, en concreto los correspondientes a los años 1562 y 1564, en donde se inscriben la misa por los cofrades difuntos pertenecientes a la Cofradía de Santa Ana, vinculándose con la de la Santísima Trinidad, resitúan y adelantan los datos de la existencia de esta cofradía. No obstante, y a falta de poder vincularse, ya en el siglo XIV existía la llamada iglesia de Santa Ana o iglesia de la Cofradía, por serlo de la cofradía gremial.

El presbítero don Salvador Mínguez leyó en 1918 una información sobre la cofradía en el Libro de cosas de la Ciudad de Segorbe o de Cebrián, que contenía documentación diversa sobre el municipio e informaciones o memorias de cosas acontecidas desde1457. Esta nota, referente a 1579, dice textualmente:

“El día seis de Abril de mil nuevecientos diez y ocho encontré una nota en el Cebrián que se conserva en la Casa de la Ciudad que literalmente dice: << El trece de Marzo de mil quinientos setenta y nueve la Santidad del Papa Gregorio decimo tercio concedió Yndulgencia plenaria a la loable cofradía de la Sma. Trinidad de esta Ciudad en la capilla de la misma invocación y de la Sra. Sta. Anna construida dentro los muros. >> Copia del Cebrián fol. 92.”

En 1598 el dato, de nuevo de los libros Racionales de la Catedral, menciona a la cofradía por su nombre al participar en las exequias por el fallecimiento del monarca Felipe II.

Con el cambio de siglo, es preconizado obispo de Segorbe Pedro Ginés de Casanova que toma posesión de esta diócesis en 1610, ocupando la sede segobricense hasta su muerte en 1635. En entonces cuando la cofradía toma otro rumbo y tiene vinculaciones con el culto al padre Simón, sacerdote valenciano muerto a principios del siglo XVII. Es en aquella época cuando se comienza a procesionar dando lectura a las Sagradas Escrituras, con un recorrido que correspondía a la vuelta de los reos condenados a muerte, desfilando cada primer viernes de mes. Estas procesiones se realizaron desde 1613 hasta 1619, cuando quedaron prohibidas por el Tribunal de la Inquisición.

Con la llegada de fray Diego Serrano Sánchez (1639-1652), ex-general de la orden de la Merced, la vida de la cofradía queda vinculada a la historia de esta orden, al ubicar su convento en la iglesia de Santa Ana que ponen bajo la advocación de los esposos San Joaquín y Santa Ana.

Como consecuencia del deterioro y la necesidad de disponer de mayor espacio, en 1693 concluyen las obras del templo tal y como lo conocemos hoy, construcción sufragada por los cofrades. La iglesia es un hermoso ejemplar del barroco más valenciano, obra de Juan Bta. Pérez y de su hijo Juan Bta. Pérez Castiel, que por aquellas fechas trabajaron en varios templosde la diócesis segobricense. Se abrió al culto en 1695.

Concluida la guerra de la Independencia en 1814, la cofradía se reconstituyó y tuvo que hacer frente a gastos cuantiosos para poder seguir manteniendo su supervivencia. Convertido el antaño convento de San Joaquín y Santa Ana en cuartel durante el conflicto, se hizo necesario ahora dotar al templo de un acceso adecuado y para ello se construyó -a expensas de la cofradía- la actual escalera y se hicieron otras reformas en el interior, unos gastos que superaron las posibilidades de sus cofrades, generando una problemática que saldó la familia Formentín.

Juan Formentín, en 1827 era segundo mayoral y al año siguiente ocupa su puesto de primer mayoral su hijo Francisco Formentín por haber fallecido. En 1829 la clavaría es desarrollada por la viuda de Juan Formentín, Ana María Tensa, que era cofrade como la mayoría de las esposas en aquella época, siendo la primera mujer en desempeñar la clavaría.

Templo e imágenes

Superadas las vicisitudes de finales del siglo XIX y del primer tercio del siglo XX, la cofradía continua su andadura -de manera temporal entre 1941 1947- en la iglesia parroquial de Santa María de la Catedral. En este último año regresa de nuevo a su templo, una vez concluidas las obras de restauración, llevadas a cabo por los propios cofrades. A finales de siglo, la Generalitat Valenciana realizó una rehabilitación de la torre campanario, cubierta y parte interior del templo para albergar la magna exposición de “La Luz de las Imágenes” realizada entre 2001-2002.

En el presbiterio se encuentra un luneto representando a la Santísima Trinidad de finales del siglo XVII de la escuela de Ribalta, única pieza que se conserva del antiguo retablo mayor, sobre un altar barroco de procedencia castellana, cedido por un cofrade. En el centro del mismo se encuentra la imagen de la Santísima Trinidad, obra de Carmelo Vicent Suria, realizada en 1947 a expensas de un cofrade. Los titulares de la iglesia están ubicados a ambos lados del altar.

La imagen titular de la cofradía, Santísimo Cristo de las Mercedes, también pertenece al artista Carmelo Vicent Suria y data del año 1942, sufragada por los cofrades, y su advocación es una vinculación más con la Orden de la Merced, procesionando portada por el Clavario acompañado por dos mayorales con faroles, según rezan los manuscritos de 1613-19. Esta imagen de Jesús crucificado, sustituye a la de 1867 perteneciente al artista Modesto Pastor.

El paso de Jesús Nazareno, es obra de los artistas segorbinos hermanos Martín Tortajada, realizada en 1947, por encargo de un cofrade. Esta imagen de Jesús con la cruz a cuestas evoca la reminiscencia de las visiones del padre Simón. Durante la Cuaresma se realiza el ejercicio del “Quinario a Jesús Nazareno” que finaliza con el canto de los “gozos”, de los cuales se ha realizado la grabación de un CD en el año 2018, para conservar el legado musical.

Otra imagen de devoción en la cofradía es la Virgen de la Soledad, del año 1948, que también procede del taller de los hermanos Martín Tortajada, talla donada por una señora. En la actualidad procesiona revestida con amplio manto de calor morado, siendo el paso de mayores dimensiones que posee la cofradía.

La última imagen adquirida por suscripción entre los cofrades es la de Jesús atado a la columna, obra del escultor Carlos Albors Olmos y data de 1969.

Hábito

En los documentos del siglo XVII se describe el hábito como de color “colorado”, que es el distintivo de la Trinidad, manteniendo todas las características del hábito barroco. La vesta de los cofrades es actualmente una túnica de color morado con cola. La parte delantera es de terciopelo del mismo color morado, con botonadura en su parte central. En las bocamangas y cuello se lleva terciopelo de color morado, con una gorguera blanca como final del hábito. El capirote, de color morado, cuelga en la espalda, pero no se utiliza, desfilándose con la cara destapada.

Estatutos

        La Loable Cofradía de la Santísima Trinidad ha ido adaptando sus Estatutos a lo largo de los siglos en función de la situación socio-religiosa del momento, siempre con la tutela del ordinario de la diócesis.

Los actuales Estatutos son una adaptación de las normas por las que se regia la Cofradía, aprobadas por unanimidad, en junta extraordinaria celebrada el día 29 de noviembre de 1955.

Conforme al artículo 23 de las normas citadas anteriormente, la modificación de Estatutos se sometió a la aprobación de los cofrades en junta general extraordinaria celebrada el 5 de marzo de 1993, aprobadas por unanimidad.

El Fiscal General de Obispado emitió informe favorable el 18 de marzo de 1993, siendo aprobados por el Prelado monseñor don José María Cases Deordal el 28 de abril de 1993.