HERMANDAD DE LA VIRGEN DE LOS DOLORES

Desde su fundación, adscrita a la Parroquia de El Salvador, tiene su sede en la iglesia de San Blas, siendo su Consiliario el Párroco de El Salvador. Sin embargo, la imagen de Nuestra Señora de los Dolores, la titular que preside las procesiones de la cofradía, tiene su altar y es venerada durante el año, en la iglesia Parroquial.

¿Dónde estará nuestro origen?

Familias enteras que se vinculaban especialmente, en celebrar con devoción los actos litúrgicos. Han sido cientos y entre ellos tengo constancia de los clavarios de la Virgen de los Dolores: Juan Granell Pascual, Vicente Ríos Enrique, María Daudí, Domingo Vernia García, Pascual Safont Rochera, Juan Bautista Ríos Granell y la Sociedad Católico Recreativa Centro España, corrieron con la obligación de levantar el monumento y costear las procesiones, previa solicitud al Sr. Cura de la Parroquia de El Salvador.

El Domingo de Resurrección, a la salida del sol, por la puerta del campanario salía el Santísimo, bajo palio, acompañado por su Hermandad, hasta la calle Mayor, donde estaba ubicado el estanco, para recibir a la Virgen Dolorosa que partía de la Iglesia de San Blas o de la Iglesia de la Sangre, según épocas. Desde el balcón de la casa de la familia Font de Mora, se le quitaba la mantilla que cubría su rostro y dos filas de tres reclinatorios servían para que los acompañantes, respetuosamente hincaran sus rodillas, adorando al Santísimo. Era la procesión del Encuentro.

 Nuestra Hermandad, dijo su primer presidente, Antonio Manrique “es la cristalización de viejos afanes, encaminados a honrar a la Virgen”

En tiempos de la post-guerra, siendo Párroco Don Elías Milián y estando aún en Burriana Mosén Ochando, hubo numerosas reuniones en el salón parroquial, con la intención de constituir la Cofradía, pero el principal obstáculo vino por parte de Don Elías que consideraba no dispersar fuerzas, sino potenciar las ya existentes, colaborando todos unidos, en el mayor esplendor de los actos de la Semana Santa.

El Sábado Santo de 1962, hubo una numerosísima reunión, la que puede considerarse como fundacional, en la que se formó la primera Junta de la Hermandad. Esta comenzó inmediatamente sus actividades y al año siguiente, ya estaba constituida formalmente, contando con setenta asociados y pudo, aunque con un paso provisional, realizar los desfiles procesionales y los actos litúrgicos de Semana Santa.

Formaron parte de la primera junta, entre otros, Antonio Manrique Daudí, como Hermano Mayor; Manuel Capella Alfonso, Tesorero; Constantino Muñoz Granell, Secretario; Ernesto Oliver Moros, Contador; y los señores Manuel Vilana Girona, Salvador Ribes Coria, Joaquín Soriano Fortea, José Cantavella Claramonte y Alfonso Martín Chimeno, entre los vocales.

 

El 5 de abril de 1963, Viernes de Dolores, tuvo lugar el primer acto oficial. Constantino Muñoz, secretario de la Hermandad, tuvo que realizar e e día un viaje a Valencia en el coche de línea, para recoger las insignias, regresando tarde por la demora del viaje. Al llegar, encontró la iglesia con las puertas cerradas. No obstante, estaban dentro los Hermanos cofrades esperándole, por lo que esa misma noche aún se pudo realizar la primera imposición de insignias, de la Cofradía titular.
La anterior imagen de la Virgen, era de madera policromada y fue quemada y destruida durante la pasada Guerra Civil. Pasada la contienda, la familia Daudí-Agramunt, junto con otras familias de fieles, costearon la actual que fue construida entre 1940 y 1941.
La carroza fue encargada en febrero de 1965, al artista valenciano. D. David Solano, por la primera junta que presidia Don Antonio Manrique Daudí y bendecida por el Cura Párroco D. Cornelio Monfort en 1966, siendo ya presidente D. José Vicente Ríos Guinot, al tener que haber fijado su residencia fuera de Burriana, el anterior presidente.
En el Acta de la Junta del 22 de abril de 1965, se refleja la falta de material litúrgico de la iglesia de San Blas, por lo que la Hermandad se haría cargo de la adquisición del mismo.

Podemos afirmar, sin temor a equivocarnos que como nos relató Don Tomás, “la Hermandad de los Dolores, es en cierto modo, la heredera y continuadora de los antiguos y tradicionales festejos, en honor de esta advocación de Nuestra Señora”.